Existen múltiples tratamientos de belleza para conseguir una piel perfecta. Los centros de estética recomiendan seguir un protocolo de cuidados inspirado en el ritual de belleza de las mujeres japonesas que incluye limpieza facial diurna y nocturna, tonificación de la piel mediante una loción suave o agua micelar, tratamiento con un sérum hecho de extractos botánicos e hidratación con una crema nutritiva adaptada a las necesidades específicas de la piel: rojeces, acné, imperfecciones cutáneas, etcétera. Sin embargo, pocas o muy pocas personas siguen al pie de la letra cada uno de los pasos anteriores. La falta de tiempo o la pereza se manifiestan en una rostro opaco, sin luz y con aspecto envejecido.
Libera la piel de todas las impurezas acumuladas con una limpieza de cutis. En centro Estética Profesional Fernanda Castejón somos especialistas en la realización de tratamientos de belleza. Más de veinte años de experiencia avalan nuestro trabajo. En poco tiempo verás tu piel más suave y limpia. ¡Estarás radiante! ¡Lo notarás y lo notarán!
La limpieza de cutis es un procedimiento no agresivo realizado para eliminar las alteraciones propias de la piel como puntos negros, micro quistes y comedones. Una alimentación equilibrada y un hábito de cuidados faciales resultan esenciales para prevenir las alteraciones cutáneas. Pero no es suficiente. La piel está formada por glándulas sebáceas; productoras naturales de una sustancia grasa llamada sebo. En ocasiones ese sebo junto con otras bacterias tapona el orificio de desembocadura de la piel formándose los antiestéticos puntos negros. La extracción debe realizarla un profesional para evitar la rotura del folículo y una posterior inflamación del poro.
Mediante tres pasos (extracción, descongestión y nutrición), la limpieza de cutis devuelve al rostro la tersura perdida. El punto de partida es la higienización hecha con emulsiones para cada tipo de dermis. Sobre la piel limpia, se aplican lociones micro abrasivas que permiten la extracción de la suciedad enquistada. El siguiente paso es la descongestión. Con un drenaje linfático, el cutis queda desinflamado. La nutrición del óvalo facial se consigue con mascarillas de vitaminas, colágeno, ácido hialúronico, extractos naturales (colágeno, elastina, centella asiática, pepino, silicio orgánico, entre otros excipientes).
La frecuencia de la limpieza de cutis dependerá del tipo de piel, aunque lo recomiendan al menos una vez al mes. Existen ciertas características estándar a la piel como son:
- Piel seca: Es tirante y presenta una notable falta de hidratación (agua). Como resultado se forman arrugas de expresión en frente y en el surco nasogeniano. Apenas tiene impurezas. Rara vez aparecen granos, comedones o puntos negros.
- Piel grasa: Los brillos excesivos, los poros grandes y muy abiertos, y la aparición de granos son algunas de las señas de identidad de la piel grasa, mucho más densa e hidratada que la piel seca, aunque también pierde agua.
- Piel mixta: Es grasa en la zona T (frente y nariz) y seca o muy seca en las mejillas. Este tipo de piel requiere unos cuidados muy específicos. Por una parte, hay que contrarrestar el exceso de brillo y por otra mejorar la hidratación de los pómulos.
- Piel sensible: Rojeces, manchas, marcas…cualquier alteración o cambio meteorológico afecta a la personas con piel sensible. La solución pasa por utilizar emulsiones suaves, formuladas con aceites esenciales, sin parabenos, siliconas o derivados del petrolatum (petróleo).
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