Bohemia, vintage, clásica, helénica… hay tantos estilos como novias. Pero todas tienen algo en común: quieren brillar en el día de su boda. Más allá del vestido, del peinado o del ramo, los cuidados de la piel y el cuerpo juegan aquí un papel importante: es el momento de lucirse; en el día de una boda es impensable la falta de seguridad derivada de un complejo estético o las pequeñas imperfecciones. Es el momento de sentirse una misma, natural y guapa, explotando al máximo lo mejor de nosotras mismas.
Comienza la preparación de la agenda nupcial: la fecha en el templo o el juzgado, las pruebas del vestido, las flores, el banquete… ¿y para cuándo los cuidados de una misma? Y lo más importante: ¿qué tratamientos de belleza hay que hacerse antes de una boda? ¿Y desde cuándo?
Un mes antes de la boda
Es un buen momento para comenzar los tratamientos de belleza más demandados entre las novias: los iluminadores o antiedad, que aportan jugosidad, luz y lozanía al rostro, en perfecta consonancia con la delicadeza de los trajes de novia. Hacen efecto después de varias sesiones y conviene espaciarlas en el tiempo. De ahí que lo ideal sea comenzar al menos un mes antes.
Piensa también en la noche de bodas: ante el complejo de celulitis pueden iniciarse tratamientos que ayudan a reducirla, como la presoterapia.
Tres semanas antes de la boda
Pueden iniciarse las pruebas de maquillaje: más adelante habrá otras prioridades y el estrés podría impedir que disfrutes de la experiencia de verte maquillada por profesionales; además de influirte en tu capacidad de decisión sobre con qué estilo te sientes más cómoda. Para una mirada más intensa, pide cita para un tinte o permanente de pestañas, si las tienes pequeñas o poco pobladas.
Comienza a cuidar estrictamente tu alimentación: evita la comida basura, que produce grasa y es perjudicial para tu apariencia. Sustituye las bebidas con gas, que provocan hinchazón en el vientre (¡ya tendrás el vestido o como mínimo estará a punto!) por té verde, que además es antioxidante y mejora la piel.
Dos semanas antes de la boda
Ahora sí, comienza la cuenta atrás. Es también una de las etapas más intensas para una novia en cuanto a cuidados estéticos se refiere: hazte una limpieza de cutis para eliminar rastros de estrés, contaminación, acné… imprescindible para eliminar las espinillas, granitos, impurezas o puntos negros. Combinado con el tratamiento iluminador o antiedad, se consigue un aspecto luminoso y sano en el rostro para el día de la boda.
Es el momento de preparar la mirada: el tinte, permanente u ondulación de pestañas y la depilación de cejas se tienen que realizar unos 15 días antes.
Exfolia tu piel, que prepare tu epidermis para la depilación y que mejore el aspecto de aquellas zonas que quieras lucir (escote, espalda…). Mantén los resultados de la exfoliación con crema hidratante diaria.
Una semana antes de la boda
Días de confirmación de los últimos detalles para tu boda… y para la novia. Hazte la manicura, puesto que tus manos serán unas de las protagonistas de las fotos, y la pedicura, que te ayudará a que estés cómoda durante la jornada nupcial (recuerda que estarás un buen rato de pie). Pocos días antes de la boda, depílate. Cuidado con hacerlo justo el día de antes, mejor evitar pequeños imprevistos como la aparición de rojeces (en el caso de las pieles sensibles). Mantén la piel depilada con crema hidratante para reforzar todos los tratamientos disfrutados hasta el momento.
¿Y ellos?
Los hombres también pueden ponerse bellos, especialmente cuando va a celebrarse su boda. Lo más recomendable es una limpieza de cutis que les limpie los poros, les elimine las células muertas y les aporte hidratación al rostro. Por supuesto, también pueden realizarse su depilación e incluso optar por un maquillaje muy discreto que resalte sus facciones.
Y el día de antes…
RELÁJATE. Regálate una comida con amigas íntimas o familiares cercanos, una sesión de masaje relajante antes del gran día o noche de pijama y película. Si te sientes nerviosa, apuesta por remedios naturales, ¡por nada del mundo cojas la botella de vino, ya habrá tiempo de brindar! Y sobre todo, descansa. Siempre insistimos en que el sueño es el mejor tratamiento para la piel. ¡Y a disfrutar!
FUENTE IMÁGENES: Corbis