Que si el sol, que si las cervecitas, que si el cloro, que si el salitre, que si la contaminación… La estación estival requiere de cuidados específicos en todo el cuerpo. Para que ahorres tiempo y dinero, te hacemos algunas recomendaciones muy básicas para que acabes el verano más guapa que como lo empezaste:
Piel
La hidratación, como siempre, es la clave. ¡Los seres humanos estamos formados en un 65% de agua! El calor, la sudoración y otros agentes hacen que perdamos agua de nuestro cuerpo y por tanto haya que recuperarla… tanto por dentro como por fuera. Beber agua, aunque suene ya hasta repetitivo, previene arrugas, da firmeza y mejora el aspecto a la piel. ¿Por qué? La presencia de agua en nuestro organismo estimula la producción natural de colágeno y elastina, así como evita los signos evidentes de deshidratación: sequedad, descamación, grietas…
La protección solar es otra de las obligaciones que debemos cumplir con nuestra piel. Ya no sólo por estética, sino por salud. Da igual que tu piel sea más o menos blanca, todas necesitan estar protegidas. En verano aumenta la radiación UVA, que, absorbida por la piel en exceso, altera el ADN de las células lo cual puede provocar la aparición de melanomas. Por tanto, elige un protector solar de entre la amplísima variedad que hay en el mercado y úsalo cuando salgas a la calle. Para el rostro, puedes optar por maquillaje que lleva algo de protección incorporada, como las cremas BB o CC.
Pecho
Muy relacionado con los cuidados de la piel y normalmente muy olvidado, el escote y el pecho también requiere especial atención en verano. De repente nuestro pecho y escote se encuentra con muchísima exposición solar a la que no están acostumbrados durante el resto del año: hacer topless o llevar camisetas con escote son un ejemplo de ello. Por eso, y para lucirlo bien bonito ¡también hay que darle su ración de mimos!
La piel del escote y el pecho es muy frágil. Tiende a envejecer antes que la del rostro, sobre todo si no se cuida. Y el sol le hace mucho daño, ya que como se ha expuesto antes, con el sol se pierde colágeno, lo cual además aumenta las probabilidades de caída prematura de pecho. ¿Nuestro consejo? Evita las exposiciones solares y calma la zona con crema hidratante.
Pelo
La sequedad es el principal enemigo del pelo en verano. Y parte de la culpa la tiene, ¡adivina!, el sol. Lo mejor para evitar pérdida de salud en el pelo por esta causa es usar protectores específicos para rayos solares y cremas de hidratación para el pelo que puedas usar después del champú por ejemplo. Pero además…
Pero el cloro y el salitre también juegan un papel importante en la pérdida de brillo e hidratación en el pelo. Por eso, si eres de las que prefiere evitar comprar productos específicos, sí es recomendables que después de cada baño en la piscina o en el mar enjuagues tu melena con agua de ducha.
Un ‘enemigo amable’ del pelo durante todo el año es el calor de las planchas y el secador. En verano… ¡deja que tu melena se seque al natural! Así el cuero cabelludo también respira, facilitando que los folículos se hagan más fuertes.
Pies
¡Pies para qué os quiero! Pues tienen que soportar todo nuestro peso durante toda nuestra vida… En verano también se secan y se irritan. Qué menos que darles un poco de cariño.
La excesiva sudoración puede ser una de las sensaciones más molestas de esta época. Usa calzado que permita transpirar, mantén una buena higiene e hidrata (sí, de nuevo hidratar es la clave) para evitar la formación de grietas que pueden ser dolorosas. La piedra pómez puede ser una aliada estupenda para evitar la formación de durezas derivadas del uso de sandalias planas. ¡Y mucho cuidado con los hongos!
Otras zonas
Algunas zonas cuyos cuidados estivales hemos obviado son las manos, los ojos, las zonas íntimas o las piernas. Esto no significa que debas olvidarlas.
Tu cuerpo va a estar contigo hasta el final de tus días. Parece una obviedad pero es una razón muy potente para cuidarlo y mimarlo.
